La causa, en la mayor parte de los casos, es la ateroesclerosis. La angina de pecho normalmente va precedida de una excitación física o emocional; ocasionalmente puede desencadenarse al realizar una comida abundante o conducir un automóvil durante las horas de tráfico intenso.
Otra causa puede ser practicar ejercicio en un ambiente frío, en cuyo caso hay pacientes que experimentan alivio casi inmediato al pasar de una habitación fría a otra caliente.
Cuando las arterias del corazón (coronarias) están afectadas y no pueden ajustarse al aumento de la demanda de sangre, los nervios del corazón transmiten mensajes dolorosos de aviso urgente al cerebro. Este dolor, que no suele sobrepasar los 20 minutos, se debe a que el cerebro, por confusión, siente los impulsos desde localizaciones cercanas, como los brazos, el cuello o la mandíbula.
Por otro lado, existen una serie de factores de riesgo modificables que pueden favorecer la formación de las placas de aterosclerosis:
- Tabaquismo.
- Obesidad.
- Diabetes.
- Hipertensión.
- Aumento del colesterol.
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